3.3. El desarrollo de la Competencia Comunicativa. Finalmente, se expondrá algunos elementos teóricos que permitirán el desarrollo de las Competencias comunicativas, con la advertencia de que lo propuesto no es lo definitivo
ni tampoco se pueden considerar
como la panacea para esta actividad. Pero de alguna
manera estos elementos pueden coadyuvar en la acción educativa a formar y fortalecer la Competencia Comunicativa, a nivel de estudiantes y docentes.
La competencia comunicativa es el conjunto de habilidades que posibilita la participación apropiada en situaciones comunicativas específicas. Participar apropiadamente en una interacción comunicativa consiste en cumplir con los propósitos de la comunicación personal; esto es, lograr lo que se quiere o
necesita y hacerlo dentro de lo socialmente aceptable (sentido
y coherencia)
El
desarrollo de estos conocimientos se inicia desde el nacimiento
y continúa durante toda la vida. En la infancia temprana, sin embargo, se logran los mayores avances.
Este hecho, ha sido motivo de muy diversas explicaciones.
Lo
anterior ha sido motivo de estudio
dentro del ámbito educativo ya que muchas de las tradiciones
escolares parecen obstaculizar el desarrollo de la competencia
comunicativa en su afán por facilitar su accesibilidad, postergando su propósito natural (la comunicación de significados), transformándolos en una serie de abstracciones sin relación con las necesidades y experiencias
del sujeto. Sin embargo, los
docentes tienen una perspectiva del aprendizaje centrada en el siguiente planteamiento: “El movimiento de las unidades pequeñas a las grandes
es un elemento
de lógica adulta, el total está compuesto de partes, aprenda las partes y usted habrá aprendido
el total”88, pero la psicología del aprendizaje nos enseña que aprendemos del total las partes. Por eso los docentes solo tratan con partes del lenguaje (letras,
sonidos, frases, oraciones) en el contexto de la comunicación real total, limitando así su desarrollo.
Autores como Chomsky (1965) manifiesta que los seres humanos están genéticamente
predispuestos para
aprender la lengua oral y que poseen un mecanismo de adquisición del lenguaje que es activado por el contacto
con hablantes competentes de una lengua. Este mecanismo
permite que el niño logre
dominar su lengua en un periodo de tiempo corto, pues es algo así como un programa de acción que reduce
el margen de error y determina líneas particulares para acceder
a este conocimiento (nivel intraindividual).
Desde esta visión se plantea que, de no existir este mecanismo
especializado, los niños podrían tomar rutas muy diversas y en ocasiones desatinadas en este proceso.
Con base en esta teoría conocida
como innatismo89, se propone
que el niño es un agente activo en el aprendizaje de su lengua y no solo un receptor objeto de estimulación y reforzamiento externo.
En
lo social (nivel interindividual)
Bruner (1986) manifiesta que el niño aprende a interactuar
comunicativamente al participar en interacciones comunicativas. Esto significa que el conocimiento sobre el que se pueden lograr propósitos de comunicación se construye en presencia de eventos
comunicativos y se participa en ellos. El nivel de participación del niño en eventos de comunicación es muy incipiente en la infancia temprana, sin embargo, este se va incrementando
notoriamente a medida que el sujeto se desarrolla. En todo contexto de comunicación hay participantes, estos juegan un papel
fundamental en la construcción
de
la competencia comunicativa,
en tanto que pueden modificar los contextos de comunicación.
En la misma línea, cabe recalcar la importancia
que representa para los niños que el medio escolar
estimule el desarrollo de la competencia comunicativa, ya que como se menciono es en
la
etapa escolar, en la que el niño
desarrolla o limita su potencial comunicativo.
De
aquí la importancia de desarrollar la competencia comunicativa, a través del
currículo escolar, ya que esto favorecerá al individuo en el desarrollo de sus habilidades comunicativas y al docente en la mejora
metodológica para el desarrollo de su clase.
La
construcción de la competencia comunicativa, desde los puntos de vista anteriores, si bien es una
facultad determinada por la especie, es decir por una predisposición genética; la habilidad se desarrolla en la acción misma. La facultad del niño para convertirse en un comunicador
competente está garantizada genéticamente
gracias a la existencia del mecanismo de adquisición del lenguaje; mientras
que sus habilidades de comunicación estarán determinadas por la calidad de los contextos
comunicativos que se le ofrezcan.
Con
base en lo anterior, no es evidente que los docentes propicien la interacción considerando los argumentos culturalmente
aceptables para fundamentar su propósito y sus alumnos
pueden utilizar los conocimientos sobre su lengua (formal o informal) para desarrollar la competencia comunicativa. Para ello deberá conocer los
tipos
de conocimiento que la componen ya que debido a que se tienen concepciones
tradicionales se limita o nulifica el desarrollo de ésta, y por lo tanto se enseñan unidades
abstractas de lenguaje.
La
escuela debe afrontar
el hecho de que ayudar a los alumnos
a leer y escribir
no lo es todo, es necesario lograr un sentimiento
de
pertenencia y dominio sobre el uso de su propio lenguaje y aprendizaje, sobre su propia lectura,
escritura, habla y pensamiento,
lo cual a la fecha no se da y esto permitiría tomar conciencia de su potencial comunicativo.
Con
base en esto cabría reflexionar si, ¿Es importante desarrollar estrategias didácticas que permita el desarrollo de la competencia
comunicativa a través de la producción de textos
en los alumnos de educación básica y media?
Actualmente la falta de contextos comunicativos de calidad en los centros escolares ocasiona
un pobre desarrollo de las habilidades escritas
y por consecuencia de la competencia comunicativa, en donde se puedan poner en práctica
diversos tipos de conocimiento que le den soporte además de ser parte
integrante de ésta, tales como: el
conocimiento del
mundo y su representación, el conocimiento para la interacción sociocultural, así como el
conocimiento de la forma de los códigos de comunicación.
En consecuencia, se hace necesario ofrecer una panorámica teórica
general encaminada a desarrollar
estrategias didácticas que favorezcan la competencia comunicativa a través de los contenidos básicos del
aprendizaje para la educación básica y media plasmados en el currículo escolar
en el cual se plantea
un cambio y/o modificación de acciones pedagógicas o estrategias de enseñanza encaminadas al desarrollo de habilidades comunicativas tanto oral como escrita,
a fin de lograr un óptimo desempeño
de
los alumnos dentro del ámbito escolar.
Diseñar intervenciones educativas enmarcadas en los enfoques comunicativos para el desarrollo de las habilidades escritas, permitiría facilitar el acceso y uso de la comunicación, con sentido y coherencia, lo cual posibilita el rescate de contenido, comprensión y transferencia de conocimientos que se expresan a través del lenguaje oral y escrito.
Diseñar intervenciones educativas enmarcadas en los enfoques comunicativos para el desarrollo de las habilidades escritas, permitiría facilitar el acceso y uso de la comunicación, con sentido y coherencia, lo cual posibilita el rescate de contenido, comprensión y transferencia de conocimientos que se expresan a través del lenguaje oral y escrito.
3.3.1. Proceso de adquisición lengua
escrita. El proceso de adquisición de la escritura y la lectura consiste en la elaboración
que el niño realiza de una serie de hipótesis que le permiten descubrir y apropiarse
de las reglas
y características del sistema de escritura.
Definimos al sistema de escritura como un sistema de representación
de significados de la lengua. En el contexto de la comunicación, el sistema de escritura tiene una función eminentemente
social. El uso en los términos anteriores, están dados por el conocimiento que se tiene de las características y reglas que lo constituyen para representar en forma gráfica
las expresiones lingüísticas. Estas características son: conjunto de grafías convencionales, o sea el alfabeto,
la direccionalidad, el valor sonoro convencional, la segmentación, ortografía, puntuación y convencionalidades de estilo. Durante el proceso de construcción
de
este sistema, los niños establecen una estrecha articulación con la competencia lingüística que posee todo sujeto hablante de una lengua.
Las
representaciones
gráficas de los niños son indicadores del tipo de hipótesis que elaboran y de las consideraciones que tienen acerca de lo que escriben. Las posibilidades
para comprender las escrituras de los niños están dadas por el tipo de organización que les imprimen y por el tipo de significado
que le
atribuyen a cada una de sus representaciones graficas. Reconocer estos modos de organización significa
comprender los procesos psicológicos y lingüísticos involucrados en el aprendizaje de este objeto de conocimiento, así como la psicogénesis que implica su construcción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario