En general estos investigadores coinciden
en los siguientes elementos para la competencia lingüística:
Saber hablar en general o saber elocucional. Tiene que ver con los principios de congruencia del pensamiento consigo mismo y con el conocimiento de las cosas. Todo hablante
espera de los otros emisores un sentido y a
la
vez espera que los otros lo interpreten de una forma tolerante
- Saber idiomático o competencia lingüística particular. Incluye tanto lo dado, es decir, signos dotados de forma y contenido, como procedimientos para que, a partir de lo dado se realice la actividad lingüística
- Saber expresivo o competencia textual. Consiste en procedimientos con normas inherentes. Éstas se manifiestan porque el hablante asigna a los textos el juicio de lo apropiado según contexto o situación
- Saber escribir. Cuando hablamos de "saber escribir", no sólo nos referimos a no cometer faltas de ortografía sino, también, saber expresar por medio de la escritura todos aquellos pensamientos, ideas, sensaciones, etc. que tenemos en el cerebro.
Para
eso, nos hace falta no solo un vocabulario
extenso sino, también el saber construir cada frase
utilizando las palabras más adecuadas y colocándolas en su lugar correspondiente. Para ello
necesitaremos un buen uso de los pronombres, adverbios, etc. y de los puntos, comas, puntos y comas, paréntesis, comillas, etc.
Con
respecto a la semanticidad de estos cuatro
saberes, al elocucional corresponde la designación; al idiomático, el significado, al expresivo,
el
sentido y al escribir como la formación de signos entendibles
para el emisor y el receptor
del mensaje. Con base en lo que se ha expuesto en la anterior temática, se puede concluir
que en principio la competencia comunicativa está conformada por los elementos que se muestran en la figura No. 25.
Un aspecto
importante para mencionar al final de este documento es la relación que debe existir entre la educación y la adquisición de las competencias comunicativas.
3.2. La educación y el enfoque comunicativo. El marco teórico
de referencia en el cual cada uno se apoya
determina la intervención educativa; por eso es tan importante
explicitar el concepto que se tiene
acerca del proceso comunicativo, de la lectura y la escritura, etc. de cara al planteamiento
didáctico a desarrollar.
La perspectiva
comunicativa prioriza la importancia del significado, de leer y escribir mensajes, donde el sentido y la intencionalidad ocupan un lugar privilegiado, donde el intercambio
de significados es guía y
fuente en los aprendizajes, progresivamente más estructurados y cercanos a las fórmulas convencionales
del mundo adulto.
Partimos, como
dice
Halliday (1978)
de que "todo
lenguaje es lenguaje en uso" y distinguimos entre lenguaje y metalenguaje: el lenguaje o lengua que se usa (se habla,
se lee, se escribe y se escucha)
dentro de un contexto comunicativo, y el metalenguaje o lengua
de
la que se habla, lo normativo, el conocimiento de las reglas del lenguaje. En el marco curricular no se debe olvidar el lenguaje, que muchas veces se aparca como ejercitación descontextualizada,
ni obsesionarse exclusivamente por la "corrección" lingüística (con el consiguiente temor a cometer
errores y el bloqueo comunicativo que ello supone y genera).
No
resulta suficiente aprender las reglas del sistema para ser un auténtico usuario de la lengua. A la gramática se le otorga un valor restringido, pues se suele pensar que la competencia
lingüística está ligada sólo a la capacidad de generar
discursos gramaticales aceptables y, sin embargo,
tal como afirma Bourdieu (1981), dicha competencia se relaciona con la posibilidad
de producir frases oportunas y con un propósito definido.
La intención expresiva, la manera de manifestarla
y las
condiciones en que se
manifiesta son inseparables. La enseñanza de la gramática debe ser aprendida
como parte del proceso de la escritura
y no separado
de él. Esto no inhibe
la posibilidad de reflexionar sobre las normas y reglas
del sistema.
La intervención educativa se basa en los presupuestos constructivistas que conciben:86
- La inteligencia como un recipiente lleno que se modifica y enriquece por reestructuración.
- El aprendizaje escolar como un proceso de construcción del conocimiento: "el niño sabe y va a la escuela para reflexionar sobre sus conocimientos, organizarlos, profundizarlos, enriquecerlos y desarrollarlos en grupo"
- La enseñanza como una ayuda a este proceso de construcción, como un guía y estimulador que garantiza que cada alumno pueda alcanzar los niveles más elevados posibles (cognitivos, sociales, etc.), con la participación y contribución de todo el mundo. Ayuda desde el respeto al proceso individual de cada uno, considerando la diversidad y fomentando la autonomía.
Los
aspectos fundamentales del enfoque comunicativo, siguiendo lo expuesto por los autores que ya se han mencionado
y estos son:
- Se utilizan los lenguajes, con los propios códigos, mientras se descubren las reglas de sus respectivos sistemas, porque se adhiere a la importancia de la comprensión de los lenguajes mientras se descubren las normas convencionales.
- No se considera necesario ni posible separar el aprender a escribir y leer del escribir y leer.
- Los contenidos, en tanto expresión de significados, no se dividen en subapartados, para que no pierdan su sentido, por tanto no se eligen por orden de dificultad, sino que se utilizan con el fin de alcanzar determinados propósitos. No hacemos actividades de leer y escribir, sino que trabajamos el lenguaje dentro de situaciones comunicativas, desde una mirada global se le ofrece y permite un contacto significativo con múltiples oportunidades de escribir y leer (se analiza, se investiga, etc. para algo determinado; Ej. leer para buscar los datos que necesitan, escribir para registrarlos, clasificar objetos para ordenarlos y luego comunicarlos, entre otras actividades).
- Se tienen en cuenta las distintas propuestas o alternativas de trabajo que niños y adultos traen y organizan en el escenario del aula, relacionadas con las variadas intenciones de los niños. Una forma de trabajo muy útil para el desarrollo de competencias comunicativas son los proyectos de trabajo, porque en ellos se escucha, se pregunta, se argumenta, se debate... se utiliza el lenguaje y se reflexiona sobre dicho uso con el fin de organizarnos y comunicarnos, para registrar, recordar y disfrutar.
- Es básico crear un ambiente alfabetizador, con la organización de un tiempo y un escenario rico en materiales escritos (carteles, libros, revistas, murales, etc.), tanto por los propios alumnos como de consulta para las distintas situaciones funcionales del uso del lenguaje. Sumergir al alumno en la lengua escrita a través de la lectura y producción de todo tipo de textos, fomentar un ambiente rico en experiencias, en objetos y en intercambios, que facilite el pensar, reflexionar, escribir, etc.
- La madurez neurológica es un factor importante en la evaluación del desarrollo real (lo que el niño puede hacer solo) y del potencial (lo que puede hacer el niño con ayuda de otra persona más capaz). Pero es necesario tener en cuenta las herramientas culturales que utilizan (distintos tipos de lenguajes) y las actuaciones que tiene con ella (la experiencia), ya que es en estos contextos de mediación cultural, donde tiene la oportunidad de desarrollar sus capacidades.
- Se adhiere a un sujeto diferenciado de los demás, autónomo, que se comunica con otros que apelan a su responsabilidad (la responsabilidad de escribir como sabe, de buscar soluciones, de proponer ideas, de organizar sus juegos, de disfrutar, de volver a empezar cuando algo no le sale bien... ).
- Para ello es importante que los adultos que interactúan con ellos afiancen y le ayuden a transformar sus capacidades. Para mejorar sus producciones y discursos es importante distinguir entre error cognitivo y error de conocimiento, corregir sólo lo que el alumno pueda aprender (que esté incluido en su zona de desarrollo real o potencial), hablando individualmente con cada alumno y reflexionando oralmente sobre sus trabajos. Respetar ciertos "errores" de los alumnos no es una cuestión de bondad, sino de comprensión y tolerancia hacia los diversos procesos de aprendizaje.
- La diferencia, como símbolo del desarrollo personal, es la piedra fundamental de esta mirada didáctica, que apuesta por la interacción y colaboración desde el aprendizaje y difusión correcta de la lengua Castellana. La diferencia, tanto desde el reconocimiento de la diversidad multicultural como respetando los distintos ritmos de aprendizaje, potenciando el encuentro y el aprendizaje específico.
- La diversidad es característica de cualquier grupo humano. Aun entre niños de la misma edad que hablan la misma lengua y viven en el mismo barrio hay diferencias notables; y no sólo hay diferencias entre los niños, sino que también están las diferencias internas en un mismo niño. En una misma aula encontramos niños que no sólo se encuentran en distintos puntos del camino hacia la alfabetización, sino que cada uno de ellos lo transita a su manera.
- Los procesos cognitivos básicos, como son las competencias comunicativas en el lenguaje escrito, son llave para la construcción de los procesos superiores. Las estrategias lingüísticas son herramientas para el aprendizaje y el conocimiento: para desarrollar la comprensión del alumno y el control de sus procesos cognitivos. Por tanto, un déficit en los procesos lingüísticos llevará a problemas de comprensión y de aprendizaje en el conjunto del currículo escolar (se entiende el lenguaje escrito como un instrumento cultural que a través de su utilización con significado genera conocimiento; en otras palabras, supone una estrategia de aprendizaje esencial en los procesos cognitivos).
- Por la importancia que tiene el lenguaje y la comunicación en general, que modela, atraviesa e impregna todas las áreas del conocimiento, es fundamental que el planteamiento didáctico que hagamos se ajuste a las necesidades educativas de nuestros alumnos. Las estrategias de aprendizaje, en tanto estructuras cognitivas, se internalizan y retroalimentan con su uso sistemático, siguiendo el ritmo del desarrollo individual.
- En todos los foros educativos se demanda actualmente que la educación y el currículo sean INTEGRALES. Así pues en los últimos años se ha generado un ambiente de reflexión sobre la enseñanza del componente cultural. En los ultimos años, las propuestas de los autores más relevantes del área apuntan, siempre dentro de un tratamiento didáctico‐lingüístico, hacia un enfoque formativo que rechaza enseñar cultura como información y propone como objetivo la formación de una competencia comunicativa, necesaria para relacionarse con la seguridad en las sociedades multilingües y multiculturales que existen hoy en día.
- Asumimos pues que la cultura es una parte integral de la enseñanza de lenguas, y que la clase de lenguas extranjeras persigue objetivos educativos que, dentro de los límites de la competencia comunicativa, van más allá del simple aprendizaje lingüístico. Por consiguiente los medios para la enseñanza y aprendizaje de la cultura deben adecuarse a dichos presupuestos. Ya no se trata sólo de aportar información sino de formar al estudiante para dotarle de las habilidades y actitudes necesarias para comprender y reflexionar sobre otras culturas y lenguas. Reflexionar, evaluar, investigar, mostrar curiosidad dando prioridad a la dimensión afectiva y formativa, frente a la cognitiva, en la medida en que interviene en el funcionamiento del lenguaje.
- Hoy en día se defiende la necesidad de permear el currículo para asumir nuevos enfoques y puntos de vista dentro de la enseñanza de la Competencia Comunicativa. En particular se reclama que los profesores de idiomas deberían abrir su perspectiva, y salirse de su orientación exclusivamente filológica y literaria, hacia áreas como las ciencias sociales, y la antropología social y cultural. Así pues, la inclusión de aspectos socioculturales y su integración con el conocimiento de la lengua meta es necesaria. Además, la dimensión intercultural del aprendizaje contribuye a una educación para la ciudadanía.
- No sólo se debe cuestionar el conocimiento personal y cultural de los estudiantes sino que se debe fomentar una progresiva sustitución por un saber más elaborado. Por consiguiente, las actividades deberían implicar una reflexión sobre las ideologías y valores fundamentales sesgados de las culturas particulares y posibilitar su contraste y relativización, y así fomentar la competencia intercultural.
- El objetivo de la enseñanza es que los alumnos alcancen una competencia comunicativa plena, lo que implica por supuesto, una competencia lingüística, tener en cuenta el contexto en el que se produce la comunicación, así como las características de los interlocutores y su intención comunicativa.
- La enseñanza tiene que estar centrada en el alumno y tiene que atender las necesidades de éste. Las actividades de enseñanza deben promover la comunicación real, en situaciones reales, dando a los estudiantes libertad para elegir los exponentes lingüísticos que deseen para expresar una determinada intención comunicativa. La enseñanza está basada pues en el diseño y desarrollo de actividades comunicativas, cuyo máximo exponente son las tareas. El desarrollo de la enseñanza comunicativa de la lengua ha dejado pues una profunda huella tanto en la mitología como en el diseño de programas y ha destacado el lugar de la tarea de aprendizaje en el currículo.
- La competencia en comunicación se refiere a la utilización del lenguaje como instrumento tanto de comunicación oral y escrita como de aprendizaje y de regulación de conductas y emociones. Escuchar, hablar, escribir y conversar supone ser consciente de los principales tipos de interacción verbal, ser progresivamente competente en la expresión y comprensión de mensajes orales que se intercambian en situaciones comunicativas diversas y adaptar la comunicación al contexto. Supone la utilización activa y efectiva de habilidades lingüísticas y no lingüísticas y de las reglas propias del intercambio comunicativo en diferentes situaciones, para producir textos orales adecuados a esa situación de comunicación.87
- Leer y escribir incluye las habilidades que permiten a partir de distintos tipos de textos, buscar, recopilar y procesar información y ser competente a la hora de comprender, componer y usar textos diferentes con intenciones comunicativas diversas.
- La meta es comprender y saber comunicar. Son saberes prácticos que han de apoyarse en conocimientos reflexivos sobre el funcionamiento del lenguaje y sus normas de uso, e implican el desarrollo de la capacidad para tomar el lenguaje como objeto de observación y análisis. Por ello esta competencia requiere conocer las reglas de funcionamiento del sistema de la lengua y las estrategias necesarias para interactuar lingüísticamente de una manera adecuada, para expresar e interpretar diferentes tipos de discurso acordes a la situación comunicativa en diferentes contextos sociales y culturales.
- En la comunicación, el desarrollo de esta competencia debe proporcionar destrezas básicas como la habilidad para escuchar y comprender mensajes hablados y escritos en una gama apropiada de situaciones comunicativas, la habilidad para iniciar, mantener y concluir conversaciones acerca de temas que resultan familiares, de interés personal o relativos a la vida cotidiana; para leer y comprender textos escritos con progresiva especialización acerca de temas variados y la habilidad para escribir diferentes tipos de textos con diversos fines.
- La educación debe comprender que la contribución de la competencia lingüística a la construcción personal de saberes es fundamental. El lenguaje es el instrumento de aprendizaje por excelencia, de construcción y comunicación del conocimiento, ayuda a representar la realidad, a organizar el propio pensamiento y a aprender. Por ello, la deficiencia en la adquisición de esta competencia, tiene consecuencias en el aprendizaje, en la conformación de los conocimientos del resto de las áreas y lo que es más importante, en el desarrollo del pensamiento mismo.
- Los estudiantes han de aprender a verbalizar los conceptos, a explicitar una idea, a redactar un escrito o a exponer un argumento. La lengua es el principal instrumento para organizar nuestro pensamiento, para aprender nuevos contenidos, para integrar lo que estamos aprendiendo en nuestra estructura cognitiva, para explicar algo y para explicárnoslo a nosotros mismos. Su uso cada vez más eficaz, permitirá transmitir pensamientos y emociones, vivencias, ideas y opiniones, y también formarse juicios, generar ideas, estructurar el conocimiento, dar coherencia y cohesión a las producciones y disfrutar escuchando, leyendo o compartiendo aprendizajes de forma oral o escrita.
- Adquirir esta competencia supone aprender muchas cosas especificas y que se las debe de utilizar en situaciones y contextos de comunicación diversos, en la medida en que los procedimientos se aprenden cuando se usan y cuando se reflexiona sobre ellos.
- Esta competencia contribuye a la creación de una imagen personal positiva y fomenta las relaciones constructivas con los demás y con el entorno. Aprender a comunicarse es establecer lazos con otras personas, es acercarnos a nuevas culturas que adquieren consideración y afecto en la medida en que se conocen. El desarrollo de la competencia comunicativa es clave para aprender a resolver conflictos y para aprender a convivir.
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